mercredi 26 janvier 2011

la guerra contra la conciencia humana

Jim Keith

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Jim Keith (September 21, 1949 – September 7, 1999) was an American author. His best known works are "Black Helicopters Over America" and "The Octopus", co-written with Kenn Thomas, which details conspiracy theories around the death of reporter Danny Casolaro. The book is based on the notes of Danny Casolaro, who reportedly killed himself, although Keith and Thomas examine the case for foul play in their book.
Keith wrote other relatively popular books on conspiracy topics, including Mind Control/World Control, Black Helicopters I and II, OK Bomb, Saucers of the Illuminati, Casebook on Alternative 3, Casebook on the Men In Black and many others. In any case, his views were unapologetically controversial.
One of the underlying themes of Keith's works is the notion that the UFO phenomenon is, in fact, of entirely earthly origin and has its roots within a parallel program of technological development. Keith maintained a steadfast commitment to the earthly-origin theory, and he believed that there was a concerted effort to put forth the extraterrestrial hypothesis into the public consciousness.
Keith began in publishing in the literary magazine scene of science-fiction fandom in the early 1960s. He published and edited many zines over the years, including several semi-professional publications, particularly: Why?, Skyline: Klamath Falls and Dharma Combat: The Magazine of Spirituality, Reality and Other Conspiracies. Keith was also the author of numerous erotic novels, publishing several in the early nineties with Masquerade Books. His nonfiction books have been translated into numerous languages.
Keith helped several of his friends get their start as writers, helping land first book gigs for George Piccard, Len Bracken and Jerry E. Smith. Keith was friends with them, knowing Smith since high school. Together, Keith and Smith also produced the regional newspaper Skyline: Klamath Falls and co-hosted a radio show broadcasting from the campus of the Oregon Institute of Technology.
In 1970, after publishing an article on Dianetics in his sci-fi fanzine Untitled (co-edited with Jerry E. Smith and Larry Neilson) Keith became fascinated with Scientology. He later worked on the staff of local Scientology Missions in Riverside, California and Reno, Nevada. In the early 1990s he left Scientology after being introduced to the Harry Palmer (Avatar) material. He was saving money to take the "Avatar Masters Course" at the time of his death.[citation needed]
Keith fell from a stage and broke his knee at the annual Burning Man arts festival held on the Black Rock Desert in Nevada, about 120 miles north of his hometown of Reno. He went to the Washoe Medical hospital there and died shortly after surgery, in ICU, when a blood clot released and entered his lung, although the coroner's report listed cause of death as "blunt force trauma." Cryptically, Keith stated, prior to his death, "I have this feeling that if they put me under I'm not coming back". He is survived by two daughters.

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DEATH RAYS/RAYOS DE LA MUERTE by Jim Keith (ENGLISH + ESPAÑOL)

RAYOS DE LA MUERTE :MÉTODOS DE CONTROL MENTAL DE MASAS.
Un extracto del libro “Control mental – Control Mundial” por Jim Keith.
Traducido del inglés por Rudy Andria

ORIGINAL TEXT IN ENGLISH HERE http://www.mindcontrolforums.com/pro-freedom.co.uk/death_rays.html
RAYOS DE LA MUERTE
En el siglo veinte ha sido desarrollada una nueva tecnología que es alarmante por su poder e implicaciones. Se enfoca en la difusión electromagnética, una de cuyas aplicaciones es el armamento. Estas armas forman parte del nuevo arsenal “no letal” – un nombre poco apropiado, ya que este armamento podría ser llamado “rayos mortales” – presentado por los militares como un medio humano de hacer la guerra en los años venideros. También puede ser un modo de hacer “la paz” : “la paz” que forma parte de esas mentes controladas en el libro “1984″ y en “Brave New World”.
Seguramente esta posibilidad no se ha pasado por alto, como evidenciado por la cita siguiente de Zbigniew Brzezinski, en su “Entre Dos Eras: el Papel de América en la Era Tecnotrónica: “puede ser posible – y tentador – explotar para objetivos estratégico-políticos los frutos de la investigación sobre el cerebro y sobre el comportamiento humano. Gordon J.F. MacDonald, un geofísico especializado en los asuntos de la guerra, ha escrito que los golpes electrónicos excitados de modo artificial “podrían llevar a un modelo de oscilaciones que producen niveles de potencia relativamente altos sobre ciertas partes de la tierra…De este modo, se podría desarrollar un sistema que perjudicara seriamente el funcionamento cerebral de poblaciones muy grandes en regiones seleccionadas durante un largo período.”
Da igual lo que inquiete el pensar que se utiliza el medio ambiente para manipular el comportamiento para que algunos reciban ventajas nacionales , la tecnología que permite tal uso se desarrollará muy probablemente dentro de las próximas décadas.” Experimentos tempranos de armas electromagnéticas fueron llevados a cabo por los japoneses durante la Segunda Guerra Mundial. La información sobre estos “rayos de la muerte” salió a la luz cuando interrogaron a los científicos japoneses . Según las informacions de los científicos, el rayo de la muerte nunca se usó sobre la gente, pero se probó sobre animales.
En 1960 hubo rumores de una fantástica nueva súper-arma soviética que emplea la tecnología electromagnética de Nikola Tesla. Tras las revelaciones subsecuentes sobre la investigación soviética en estas áreas, resultó que estos rumores eran verdad.
Durante los años 1960 se descubrieron altos niveles de radiación electromagnética en la embajada americana en Moscú. Se notó que la fachada de la embajada estaba siendo barrida sistemáticamente con emisiones electromagnéticas por los Soviéticos. Una conjetura fue que se empleó un rayo microondas para activar el equipo electrónico escondido dentro del edificio; otra conjetura era más macabra: que el rayo se estaba usando para atacar los sistemas nerviosos de los trabajadores americanos de la embajada. Reforzando la última suposición , muchos de los empleados de la embajada enfermaron. El embajador Walter Stoessel sufrió una rara enfermedad de la sangre parecida a la leucemia, y experimentó dolores de cabeza y le sangraron los ojos. Al menos dos empleados padecieron cáncer. Según el investigador Alex Constantine, en vez de informar al personal de embajada de lo que pasaba, la CIA decidió estudiar los efectos de la radiación.
El Doctor Milton Zaret, llamado para investigar lo que fue llamado “la Señal de Moscú,” divulgó que la Agencia Central de Información se preguntó ” si yo creía que la radiación electromagnética emitida al cerebro desde cierta distancia podría afectar a la conducta de una persona”, y “si las microondas se podrían utilizar para facilitar el lavado de cerebro o la ruptura mental de prisioneros”. La conclusión de Zaret sobre la Señal de Moscú era que “independientemente de otros motivos que los Rusos pudieran tener, los Rusos creían que el rayo modificaría el comportamiento del personal.”
El autor Len Bracken, que estaba presente en Moscú entonces, ha declarado al autor en su correspondencia que la radiación de microondas fue emitida de una cabina sobre un edificio enfrente de la embajada. En 1977 la cabina microondas se prendió fuego y se quemó. Bracken dice, ” Era un viernes por la noche y en el Bar de Casa de los Marines estaban tocando ‘ Burn, Baby, Burn” ( Quémata, Niña, quémate/Disco Infierno). Bracken también relata que “en el ’79 instalaron una extraña caja extraña en la pared de mi cuarto (en Moscú), supuestamente relacionada con el sistema de calefacción.”
Se dice que la irradiación de la Embajada Americana incitó una respuesta de los Americanos: el Proyecto PANDORA, de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa, llevada a cabo en el Walter Reed Army Institute of Research desde 1965 hasta 1970. Un aspecto del proyecto implicaba bombardear a chimpancés con radiación de microondas. Citando una declaración del jefe del proyecto, “parece existir el potencial para ejercer un grado de control sobre el comportamiento humano mediante la radiación de microondas de bajo nivel y urge estudiar los efectos de las microondas para posibles usos en armas.”
Tres años después, el doctor Gordon J.F. McDonald, asesor científico del presidente en aquel tiempo, indicó que “La perturbación del medio ambiente puede producir cambios en los patrones de la conducta.” La perturbación a la que se refería McDonald eran las ondas electromagnéticas, y los cambios de la conducta eran patrones de ondas cerebrales alterados.
En 1965 la McFarlane Corporation en América presentó el “cañón nuclear rayo X de electrones modulados”, lo que nos hace pensar en los Buck Rogers: un hito en la tecnología del “rayo de la muerte”. Los informes indican que el dispositivo también se podía usar en comunicaciones, telemetría y sistemas de teledirección por control remoto. Más tarde, McFarlane afirmó que la NASA le robó el sistema, y que los principios del reconocido rayo de la muerte fueron empleados en MIROS, un “sistema de comunicaciones” orbital; al menos así es como lo describió la NASA.
En 1972 el ejército admitió la extensa investigación en los efectos de la irradiación sobre las formas de vida, y la tecnología de armamento electromagnético. Uno de los subproductos de esta investigación condujo a la invención de un poderoso “lanzallamas electrónico”. Éste es posiblemente el arma descrita en un estudio del U.S. Army Mobility Equipment Research and Development Center, “Análisis de las Microondas para la Guerra de Barreras”, que describía el empleo de energía electromagnética para un arma antipersonal y anti-vehículos. El arma de la que se trata en este estudio se afirmaba que era capaz de producir quemaduras de tercer grado en la piel humana.
El doctor Dietrich Beischer, un científico alemán empleado por el gobierno americano, irradió a 7.000 tripulantes navales con niveles potencialmente dañinos de energía de microondas en el “Aerospace Research Laboratory” naval de Pensacola, Florida, y habló de ello en un simposio en 1973. El doctor Beischer desapareció poco después del experimento. Según el alumno de PANDORA Robert O. Becker, él debía pasar algún tiempo con Beischer, pero, “Justo antes de la reunión, me llamó por teléfono. Sin ningún preámbulo ni explicación, exclamó: ‘Estoy en una cabina telefónica. No puedo hablar mucho tiempo. Me están vigilando. No puedo acudir a la reunión y ni siquiera comunicarme contigo otra vez. Lo siento. Has sido un buen amigo. Adiós.’ Enseguida llamé a su oficina de Pensacola y me dijeron ‘disculpe, aquí no hay nadie con ese nombre’, exactamente como en las películas. Un tipo que había hecho investigación importante allí durante décadas pura y simplemente desapareció.”
Según Eldon Byrd, del Naval Surface Weapons Center de Silver Springs, Maryland, “Entre 1981 y septiembre de 1982, la Marina me comisionó para que investigara el potencial de desarrollar dispositivos electromagnéticos que la Infantería de Marina pudiera usar como armas no letales con los objetivos de ‘control de disturbios’, retirada de rehenes, seguridad de embajadas y navíos, operaciones clandestinas, etcétera. ” Byrd escribió sobre experimentos de irradiación de animales con campos electromagnéticos de bajo nivel, mencionando cambios en las funciones cerebrales, y afirmando que los animales “mostraron una drástica degradación de inteligencia más tarde… no podían aprender tareas fáciles … indicando un daño muy definido e irreversible al sistema nervioso central del feto.”Los experimentos progresarón. Byrd escribió que “A cierta frecuencia y cierta intensidad de potencia, podrían hacer ronronear al animal, que se tumbara y que diera vueltas.”
A principios de los años 70, según Robert C. Beck, “una reunión de múltiples datos anecdóticos indicaba que un transmisor de bolsillo con niveles por debajo de 100 miliwatios podía cambiar drásticamente la disposición de ánimo de personas que no estaban al tanto de los ataques, y que se podía manipular ocultamente la disposición de ánimo en enormes zonas geográficas mediante transmisiones invisibles y remotas de energía electromagnética.”
A finales de los años 70, los negociadores rusos en las conversaciones de Limitación de Armas Estratégicas (SALT II), propusieron la prohibición de “una nueva generación de armas de destrucción masivas” que emplean pulsos electromagnéticos. Se ha sugerido que los Rusos, al plantear la prohibición, intentaban sondear a los Americanos en cuanto al estado de entonces de su investigación con armas electromagnéticas. Los Americanos no parecieron tener idea de sobre qué hablaban los Rusos, y la oferta se aplazó.
Lo cierto es que algunos Americanos sabían exactamente de qué hablaban los Rusos, aunque los comunistas les llevaran una ventaja significativa en varios frentes. En 1959 los científicos rusos Gaponov, Schneider y Pantell habían concebido lo que llamaron un maser de resonancia de ciclotrón, que esencialmente es un cañón de rayos industrial de potencia ajustable. Comenzando alrededor de 1966, los Rusos se lanzaron a un proyecto de choque altamente financiado para desarrollar el girotrón, otra forma de “cañón” electromagnético, y en 1971 estaban metidos en sus primeras pruebas de campaña con el girotrón.
En 1975, los físicos M.S. Rabinovich, A.A. Rukhadze y otros activos en defensa estratégica rusa en el Instituto de Física Lebedev de Moscú anunciaron que, usando un maser de resonancia de ciclotrón, habían producido explosiones con microondas que sobrepasaban de lejos lo que los Americanos estaban proponiendo aún teóricamente y que, según el análisis de los militares americanos, era bastante poderoso como para usarlo como armas.
Un informe de American Rand Corporation concluyó en aquel tiempo que los experimentos rusos formaban parte de un programa ruso mayor, diseñado para la producción de armamento electromagnético, centrado en el Instituto de Física Aplicada de Gor’kiy, el Instituto de Física Lebedev de Moscú, y otro grupo de institutos de investigación en Tomsk. En los años 1980, se informó, las armas girotrón rusas se habían reducido de tamaño de manera que cupieran en un camión militar normal, y fueran capaces de aniquilar grandes emplazamientos militares o, en frecuencias inferiores, irradiar ciudades enteras.
En 1982 las Fuerzas Aéreas publicaron una revisión del empleo del electromagnetismo sobre las formas de vida, que decía: “los datos actualmente disponibles permiten la proyección de que los campos de radiación de radiofrecuencia (RFR) especialmente generados pueden plantear muy fuertes y revolucionarias amenazas militares en lo antipersonal. La terapia de electrochoque indica que la corriente eléctrica inducida es capaz de interrumpir completamente el funcionamiento mental durante cortos períodos de tiempo, capaz de obtener “cognición” durante períodos más largos y capaz de reestructurar la respuesta emocional en intervalos prolongados..”…los campos electromagnéticos impresos pueden demoler la conducta intencional y ser capaces también de dirigirla. Es más, el paso de aproximadamente 100 miliamperios por el miocardio puede conducir a la parada cardíaca y a la muerte, de nuevo indicando un efecto del arma casi tan rápido como la velocidad de la luz. Un sistema de escáner rápido de RFR podría producir un atontamiento eficaz o aniquilar las capacidades en una zona amplia.”
En 1984 el programa de investigación de la creación de microondas pulsadas se aumentó en los Lawrence Livermore National Laboratories.
Según el Oregon Journal, en marzo de 1978, en un reportaje titulado “Señales de Radio Misteriosas Causan Preocupación”, la ciudad de Eugene fue irradiada por microondas probablemente emitidas desde un transmisor de la Marina, localizado a varios cientos de millas de distancia en California. Según un informe de FCC, “las microondas fueron la causa probable de varias enfermedades repentinas entre investigadores de las facultades en la Universidad de Estado de Oregon”. Numerosos residentes también se quejaron de dolores de cabeza, insomnio, fatiga, enrojecimiento de la piel, y de oír chasquidos y zumbidos en la cabeza.
Un estudio dirigido por el Pacific Northwest Center for Non-Ionizing Radiation atribuyó la radiación, en cambio, a los Soviéticos, afirmando que era “psicoactivo” y que “sugería muy fuertemente el objetivo del control cerebral.”
En septiembre de 1985, miembros del Greenham Commons Women’s Peace Camp de Gran Bretaña, un campo de protesta contra la militarización global localizado al lado de la Base de las Fuerzas Aéreas de EE UU en Greenham Commons, comenzaron a experimentar una amplia gama de síntomas físicos desagradables que abarcaban dolor de cabeza, depresión, desorientación, pérdida de memoria, vértigo y cambios de los ciclos menstruales. Según la doctora Rosalie Bertell y otros que investigaron lo que estaba ocurriendo, los síntomas eran del tipo asociado con la exposición a la radiación, y comenzaron un poco después de que la seguridad de la base se cambió de guardias humanas a la vigilancia principalmente electrónica. Esto habría sido una oportunidad perfecta para instalar unidades de difusión electromagnética disfrazadas como equipo de vigilancia.
La doctora Rosalie Bertell, el antiguo ingeniero de radar Kim Besly y otros tomaron lecturas de los niveles electromagnéticos en la zona, y encontraron que eran 100 veces más fuertes que en otras zonas cercanas.
Que el arsenal electromagnético se está usando contra la ciudadanía en la nueva Rusia es evidente en una declaración publicada al final de 1991 por SovData DiaLine:
“La guerra psicológica todavía es usada por agentes de seguridad estatales contra las personas en Rusia, aún después del abortivo golpe de agosto”, dijo Emilia Chirkova, Diputada del Soviet de Zelenograd y miembro de la Comisión de Derechos Humanos. Ella rememora el escándalo que rodea a la implantación de presuntos micrófonos ocultos instalados cerca de la oficina de Boris Yeltsin.
Los agentes de la KGB admitieron entonces que la antena direccional del equipamiento fue diseñada para la transmisión, no para la recepción.
La Diputada Chirkova cree que era parte de un intento de afectar a la salud del presidente ruso usando la radiación electromagnética de alta frecuencia. “El Comité de Derechos humanos”, dijo Chirkova, “había advertido a Yeltsin sobre tal posibilidad.”
Bases para las alegaciones de Chirkova fueron proporcionadas por Victor Sedleckij, el ingeniero-en-jefe de diseño para el centro Forma y vicepresidente de la Liga de Científicos Independientes Soviéticos .Sedleckij indicó: “Como experto… afirmo, en Kiev se lanzó una fabricación en serie de biogeneradores psicotrónicos y sus testeos. No puedo afirmar que durante el golpe de estado (de Moscú) los que se usaron eran los generadores de Kiev… En todo caso, que los generadores psicotrónicos fueron usados es evidente para mí. ¿Qué son los generadores psicotrónicos? Son equipamiento electrónico que produce el efecto de control dirigido en organismos humanos. Afectan especialmente a los hemisferios izquierdo y derecho del córtex. Ésta es también la tecnología del Proyecto estadounidense Zombie 5 … Utilizo mi experiencia personal, ya que yo mismo soy el diseñador de ese generador.”
Emilia Chirkova citó varios casos del empleo de dispositivos similares. El equipo microondas había sido usado en 1989 y 1990 en Vladivostok y en prisiones de Moscú, en un hospital psiquiátrico en Oryol, y en el Instituto Serbsky en Moscú [también un hospital psiquiátrico], dijo Chirkova. Durante su exilio en Gorki, Andrei Sakharov notó la presencia de un campo electromagnético de alta tensión en su apartamento. En 1998 apareció en la prensa que Ruslan Khasbulatov, Portavoz del Parlamento ruso, tuvo que mudarse de su apartamento a otro distrito de Moscú. La radiación electromagnética de alto nivel ha sido incluida entre las causas posibles del malestar que él sintió en su apartamento.
Pretendidas víctimas de la guerra psicológica han escrito al periódico ruso. De Voronezh: “Controlaban mi risa, mis pensamientos, y causaban dolor en varias partes de mi cuerpo… Todo esto comenzó en octubre de 1985, después de que critiqué abiertamente al primer secretario del Comité Ciudadano del Partido Comunista.”
“A veces se puede oír en la cabeza voces por el efecto de la radiación de pulso de microondas que causa oscilaciones acústicas en el cerebro”, explicaba Gennady Shchelkunov, un investigador de electrónica de radio de la Istok Association. En junio de 1991, un grupo de autoridades de Zelenograd envió una petición firmada por 150 personas al Presidente Yeltsin, exigiendo una investigación en el empleo de armas bio-electrónicas.
Un experimento realizado en Cable News Network a mediados de los años 1980 demostró la realidad de los dispositivos electrónicos que pueden proyectar imágenes en la mente a distancia. La doctora en Física Elizabeth Rausher y el ingeniero eléctrico Bill VanBise construyeron una “máquina de interferencia mental” por radiofrecuencia utilizando información obtenida en la literatura científica soviética accesible al público. Según la CNN, “la máquina era barata y fácil de construir usando piezas obtenidas en una tienda de electrónica de uso doméstico. Emite un campo magnético débil pulsado a una frecuencia sumamente baja.”
El comentarista de la cadena, el señor DeCaro, dijo: “Como sujeto de la prueba, me vendaron los ojos y me bloquearon los oídos para impedir pistas inadvertidas en cuanto a lo que pasaba. Una sonda magnética fue colocada aproximadamente a 18 pulgadas (o unos 45 cm.) de mi cabeza .Cuando comenzó el experimento, dos generadores de señal producían patrones de formas de ondas que se transmitían por la sonda magnética a aproximadamente una milésima parte del campo magnético de la tierra.”
A continuación, una transcripción parcial de la conversación entre VanBise, Rausher y DeCaro durante el experimento:
VanBise: Describa cualquier cosa que vea.
DeCaro: Yo podría ver ondas cambiando de forma en mi mente… Una parábola acaba de pasar…
VanBise: Ah, sí, yo la hice. Solamente tiré del interruptor. ¿Parábola?
Rausher: Uh-huh.
VanBise: Bien, vamos a ver. Compruebe esto. Esto es lo que ocurrió, tiré del interruptor. Rausher: ¡Sí!
DeCaro: ¡De acuerdo!, ¡un punto ahí mismo!
Rausher: Un punto ahí.
DeCaro: Un punto pequeño.
VanBise: Cambié el generador radicalmente. Lo pasé a diez directamente aquí, y la mezcla de los dos generadores estaba ahí donde usted dijo que vio un punto.
Después del experimento, DeCaro entrevistó a VanBise, quien dijo que la tecnología podía “inducir básicamente lo que se considerarían alucinaciones en las personas; dirigirlos para hacer cosas que vayan contra su presunto mejor razonamiento.”
DeCaro preguntó, “¿Cómo de fácil sería montar un arma con piezas que haya en las tiendas corrientes?”
“En tres semanas”, respondió VanBise, “yo podría montar un arma que se ocupara de una ciudad entera.”
Armas de control mental electrónicas portátiles, lo bastante pequeñas para ser transportadas en un camión, ya se informa de que las usan rutinariamente en acciones ofensivas los militares americanos, y se emplearon en Grenada, Panamá y en la guerra del Golfo. Aunque oficialmente se niega, se ha informado de que se usaron armas de control mental electromagnético en Waco, Texas, en 1993, durante el asedio de 51 días sobre David Koresh y sus seguidores. El metraje de vídeo tomado durante el asedio por la B.B.C. muestra el despliegue de varios sistemas de armas avanzados, incluyendo un arma soviética psicotrónica diseñada por el doctor Igor Smirnov de la Academia Médica de Moscú.
Aunque se niega que tales armas fueran usadas en la matanza de Waco, el gobierno sí que admite que los agentes federales “consideraron la eventualidad” de usar el proyector de psico-corrección acústico de Smirnov sobre la secta de los Davidianos. También se admite que hubo una serie de reuniones a puerta cerrada sobre el asunto de la secta Davidiana, reuniones que comenzaron el 17 de marzo, en Virginia del Norte, entre Smirnov y agentes del FBI, la CIA, la DIA, y DARPA.
Según un participante en las conversaciones, “había un fuerte interés entre las agencias de inteligencia porque habían estado rastreando a Smirnov durante años, y porque sabemos que hay pruebas de que las Fuerzas Especiales del Ejército soviético usaron esta tecnología durante el conflicto en Afganistán.”
Un informe de las reuniones fue publicado en un memorándum de “Psychotechnologies Corp” de Richmond, Virginia. En el memorándum se anotó que asistentes no especificados de la reunión preguntaron si “EE UU tendría que emprender la detección de psico-corrección, el descifrado y los programas de contramedidas.”
Un lanzamiento de noticias proporciona en 1998 información sobre un nuevo programa del National Institute of Justice, para desarrollar armas electromagnéticas de “fuerza amistosa” para su empleo en EE UU. Según Microwave News, el Oak Ridge National Laboratory examina la posibilidad de “armas térmicas” que incapacitarían a un individuo al hacer sobrecalentarse su cuerpo , “pistolas de convulsiones” que inducirían ataques epilépticos, y “armas de magnetosfera” que harían que una persona “viera las estrellas.”
En 1998, el gran coste de la investigación sobre el armamento electrónico ha sido subsumido en la Strategic Defense Initiative, también conocida ( para disgusto de George Lucas ) como el programa de la Star Wars Program o “Guerra de las Galaxias”. En 1993, Aldric Saucier, un científico del programa del Ejército de defensa balística, habló ante el Comité de Operaciones del Gobierno del Congreso de los fondos de la Guerra de las Galaxias que se están canalizando a operaciones negras indocumentadas. Saucier dijo que la mitad del presupuesto destinado para la investigación de la SDI, literalmente cientos de millones de dólares, faltaron.
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Blade Runner es uno de los films más emblemáticos de los años ochenta y ha llegado a convertirse en un verdadero clásico dentro del género de ciencia-ficción. La historia transcurre en una fecha y un lugar concretos, “Los Angeles, noviembre 2019”. A través de esta ubicación espacio-tremporal RIDLEY SCOTT plantea cuestiones como lo real y lo aparente, la sustitución de lo natural por lo artificial, la deshumanización de las ciudades, el desequilibrio ecológico, etc. Pero lo que da a la película calado filosófico es la pregunta por el hombre y su tiempo, quebrado por la muerte.

BLADE RUNNER
RIDLEY SCOTT. USA, 1982. 114 min.
SINOPSIS:
Seis replicantes modelo Nexus 6 llegan a la tierra huidos de una colonia espacial. Los replicantes son androides de aspecto idéntico a los humanos, creados por los hombres para realizar trabajos más duros y peligrosos. En un acto de rebeldía han escapado de las colonias en las que han matado a más de veinte personas, con el fin de encontrar a su creador y lograr de éste una prolongación de su existencia programada para cuatro años. En la tierra los replicantes son ilegales y son perseguidos por un cuerpo de policía llamado los blade runner. Deckard (Harrison Ford) es uno de ellos y a él se le asignará esta misión.

Ante todo, Blade Runner es una película que nos habla sobre la naturaleza del hombre, para ello juega con la constante comparación entre los humanos y los replicantes. Muchas veces nos queda la duda acerca de las fronteras de lo humano o incluso la convicción de que los replicantes se muestran realmente “más humanos que los humanos”, tal como proclama el lema de la Factoría Tyrrell, donde se fabrican los replicantes. Late en el fondo de la película en todo momento la cuestión sobre la esencia del hombre. Hay que advertir que se han comercializado dos versiones de este film, diferenciadas fundamentalmente por el desenlace final. La versión del productor es la que primero se comercializó y en ella parece que el protagonista Deckard es un humano; en la versión del director Deckard es un personaje más despiadado y duro parece más bien que su naturaleza es la de un replicante.

A partir de ahí las preguntas de carácter filosófico surgen en la mente del espectador de modo espontáneo: ¿Qué diferencia a los replicantes de los humanos? ¿Qué características nos hacen pensar en que una vida es humana?

¿Qué nos hace humanos?

Variadas respuestas se ofrecen a estas cuestiones. La primera es la referencia al origen. La referencia al creador está en el núcleo de la criatura misma, allí donde todo lo demás se apoya y de lo que todo lo demás depende. Los replicantes parecen ser conscientes de esto, no en vano tienen muy claro su objetivo: buscar a su creador. La primera característica de lo humano sería tener su origen en un padre.

Se nos plantea aquí una posible lectura mítico-religiosa de esta historia. Como es sabido, los mitos no son razonamientos, no encadenan ideas, sino imágenes, no explican sino que materializan, simbolizan, algunas enseñanzas a cerca de lo que somos, nos hablan verdaderamente sobre lo que somos, ayudándonos a conocernos en aspectos delicados, aunque sea de un modo imperfecto. El mito era una forma de conocimiento sapiencial muy valorado en la antigüedad. ARISTÓTELES –por ejemplo–solía afirmar: cuanto más viejo me hago, más amante de los mitos me vuelvo. La nuestra es una cultura eminentemente técnica en la que muchas veces se echa en falta, precisamente esa sabiduría consistente en el conocimiento que nos habla de los temas centrales de la vida humana y las averiguaciones acerca de los dos temas centrales que afectan al hombre: el origen y el destino. La sabiduría nos dice de dónde venimos y adonde vamos.

El mito sobre el origen

Lo que Blade Runner propone no es tanto una explicación cuanto una puesta en imágenes de algo que constituye una parte delicada de nosotros mismos. En el fondo es una re-proposición en clave años 80 de antiguos mitos ampliamente desarrollados en la literatura y el arte de todas las épocas: El mito sobre el origen. La relación entre la criatura y el creador forma parte de muchas cosmogonías, y se aplica al hombre en su doble vertiente de criatura y creador. Es la búsqueda de una respuesta ante la pregunta sobre nuestro origen. En este sentido Tyrrell es un moderno Dr. Frankestein o Gepetto (Pinocho). Criatura y creador mantienen una relación misteriosa y ambivalente. El ser humano (persona) exige que las relaciones sean amorosas: sólo el amor es una relación adecuada para la persona; por eso la persona reclama un padre.

Blade Runner nos plantea a la vez el problema de la rebelión de la criatura frente a su creador, tema bien conocido por la filosofía moderna. Lo que trae a la tierra a los replicantes es una queja: han sido creados con poco tiempo de vida, les mueve el miedo a morir. Ante la negativa de Tyrrell a complacerles, Roy, el jefe de los replicantes le aplastará el cráneo, ese cráneo que contiene al cerebro que le creó. Una escena escalofriante: la criatura aniquila a su creador; algo que ni siquiera Frankenstein se atrevió a hacer. Es el mito de Prometeo. Deckard viene a ser el “brazo armado” que defiende al creador ante la amenaza de los replicantes, pero curiosamente el amor hacia una replicante genera en él una convulsión tal que termina poniéndose de parte de ellos. ¿Hace bien o mal actuando así?

También es interesante la figura de Roy, (iconográficamente presentado como una especie de Zeus) con su “deicidio”. Al asesinar a Tyrrell, su creador, parece que se humaniza, asumiendo libremente su trágico destino. Evidentemente se trataba de un falso dios, pues sólo un falso dios puede morir. La angustia de Roy ante la muerte le hará tremendamente humano y próximo a nosotros que, en el fondo no podemos olvidar que también tenemos “fecha de caducidad”.

La naturaleza humana

Estrictamente hablando la pregunta ¿qué nos hace hombres? Tiene una respuesta: la naturaleza humana, un modo de ser al que corresponde un determinado dinamismo en el obrar. La película en este sentido da una especial importancia a los sentimientos. Se nos advierte que los replicantes “fueron diseñados como copias de seres humanos en todos los sentidos, excepto en sus emociones. Pero los diseñadores creen que, al cabo de unos años, pueden desarrollar sus propias respuestas emocionales: odio, amor, miedo, cólera, envidia...”. Esto hace que su comportamiento sea especialmente inquietante y nos obliga, en nuestra búsqueda filosófica, a preguntarnos qué hace realmente humanos a los sentimientos del hombre (al fin y al cabo también los animales parecen tener ciertos sentimientos).

El hombre añade a sus tendencias inferiores finalidades más altas. El hombre se plantea fines nuevos (trascendentes) mucho más allá de las necesidades orgánicas: arte, cultura, religión, etc. Es precisamente esa trascendencia lo que nos impresiona en Roy, el último de los replicantes. En su pelea a muerte con Deckard no es el instinto de supervivencia lo que marca su comportamiento, sino, sorprendentemente el amor a la vida: no solo su vida; la vida de todos, mi vida (afirma Deckard).

Como vemos, en algunos momentos son los replicantes quienes nos muestran con más lucidez las más profundas inquietudes del hombre. Quizá una de las cuestiones que más “humanizan” la vida de estos replicantes es la pregunta por el fin. La pregunta ¿qué es el hombre? se transforma en una pregunta sobre el fin ¿hasta dónde soy capaz de llegar? ¿cómo vivir para que mi existencia tenga sentido? La pregunta por el fin nos sitúa ya en el plano moral. Podemos ver que los replicantes tienen planteamientos morales, les preocupa lo que está bien y lo que está mal, no sólo en el momento de la muerte violenta de cada uno de ellos (manifiestan profundos sentimientos de compasión y solidaridad), sino también a la hora de enfrentarse a la propia muerte, especialmente en el caso de Roy, que en alguna ocasión trata de hacer un balance moral de su vida. Veamos el siguiente diálogo que tiene lugar cuando por fin Roy se encuentra con su “creador”:

Roy: No es cosa fácil conocer a tu creador.
Tyrell: ¿Y qué puedo hacer yo por ti?
Roy: ¿Puede el creador reparar lo que ha hecho?
Tyrell: ¿Te gustaría ser modificado?
Roy: ¿Y quedarme aquí? [ pausa ] Pensaba en algo más radical.
Tyrell: ¿Qué? .... ¿Qué es lo que te preocupa?
Roy: La muerte.
Tyrell: ¿La muerte? Me temo que eso está fuera de mi jurisdicción, tú ....
Roy: Yo quiero vivir más.
Tyrell: La vida es así. Hacer una alteración en el desarrollo de un sistema orgánico de vida es fatal. Un programa codificado no puede ser revisado una vez establecido (...) Tú fuiste formado lo más perfectamente posible.
Roy: Pero no para durar.
Tyrell: La luz que brilla con el doble de intensidad dura la mitad de tiempo. Y tú has brillado con muchísima intensidad, Roy. Mírate, eres el hijo pródigo. Eres todo un premio.
Roy: He hecho cosas malas...
Tyrell: Y también cosas extraordinarias. Goza de tu tiempo.

Vemos aquí la ambivalente relación entre criatura y creador. Realmente no se puede decir que sea una relación padre-hijo. Tyrrell no parece conmoverse mucho ante la suerte del desesperado Roy, más bien le anima a tomar las cosas con resignación. Una vez más nos identificamos con el replicante y su angustia ante una muerte prematura, porque, en realidad, intuimos que toda muerte es prematura, que esa perfección a la que tiende la naturaleza humana se presenta como casi inalcanzable, por eso queremos vivir. Esa angustia manifiesta, en el fondo, el carácter abierto e inacabado del hombre.

Pero es en la secuencia final del duelo entre Roy y Deckard donde se manifieste de un modo más claro, con poéticas palabras de Roy, la verdadera humanidad de los replicantes. Bajo la apariencia de brutalidad se esconde en los replicantes una especie de supra-humanidad que se manifiesta en su falta de resignación a ser máquinas programadas, su deseo de vivir, su pregunta por el sentido de la vida, su amor a la libertad (se niegan a ser esclavos). Las grandes preguntas existenciales se las plantean ellos: ¿quiénes somos? ¿de dónde venimos? ¿qué será de mí? ¿a dónde vamos? ¿por qué no podemos vivir más? Deckard está ahí para atestiguarlo:

Roy: Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto Rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir.
[ Roy muere. La paloma sale volando hacia el cielo ]

Deckard (voz en off): "No sé por qué me salvó la vida. Quizás, en esos últimos momentos, amaba la vida más de lo que la había amado nunca. No solo su vida; la vida de todos, mi vida. Todo lo que él quería eran las mismas respuestas que todos buscamos: de dónde vengo, adónde voy, cuánto tiempo me queda. Todo lo que yo podía hacer era sentarme allí y verle morir".

El tiempo, el amor y la muerte

Vemos al fin unos seres que sienten la vida como ningún humano y temen la muerte, desean vivamente tanto tener un pasado (historia) como unas expectativas de futuro. El paso del tiempo tiene una especial importancia en la película contribuyendo al creciente dramatismo de la historia. Los replicantes quieren más tiempo, quieren que el tiempo no pase por ellos. También esto los hace más humanos. A Roy se le va acabando el plazo de tiempo concedido antes de concluir la misión que él mismo se ha encomendado (rescatarse del tiempo).

Pero sobre todo, lo que más les humaniza es que son capaces de amar. La muerte de Pris hace que Roy manifieste hacia ella un amor apasionado. Después, en el duelo final entre Roy y Deckard el primero salva la vida al segundo mostrando así que el amor a la vida está por encima de las demás cosas (odio, deseo de venganza, etc.). Es capaz incluso de amar desinteresadamente.

La película plantea uno de los grandes temas: la redención por el amor. Sólo el amor hace posible escapar de la esclavitud del tiempo. Sólo el amor nos hace mejores y da sentido a nuestra existencia. Es importante en este aspecto no olvidar el amor entre Rachael y Deckard, central en el desarrollo de la historia. En la secuencia (de amor) del piano entre Deckard y Rachael, cuando ella expresa sus dudas acerca de la autenticidad de sus recuerdos Deckard dice “tocas muy bien”, en una exaltación del presente amoroso, como diciendo que el amor prescinde del pasado y del futuro. En realidad no tiene mucho mérito que toque bien el piano, pues si lo hace es porque ha sido “programada” para ello, y Deckard lo sabe, pero no le importa, le gusta oírle tocar el piano porque la ama, y ese amor le llevará a tratar de salvarla. Pero será Roy quien asuma de un modo más claro el papel de redentor salvando a Deckard. No sólo amaba a alguien, sino a todos. No solo su vida; la vida de todos. Deckard se enfrentaba a una muerte segura y, cuando estaba todo perdido, aparece una mano salvadora, curiosamente, una mano traspasada por un clavo
 

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